Angie: ¿Me preguntabas como me fue en la carrera de Acapulco? Me fue bien. Me fuì con un amigo -mayor de edad- que también está en el grupo de atletismo. De paso te digo, que en el grupo hay otras dos personas de edad avanzada -ni tanto- que corren con nosotros en algunas ocasiones. Una señora de 73 años y un señor de 65. Corren con una excelente condición física. En los eventos que participamos, son de llamar la atención, por su condición atlética. Bueno, te decía, mi amigo Dany -así le decimos- me pidió que me llevara su auto y que se irían con nosotros su esposa, una amiga y su mamá. No pude negarme, hubiese preferido irme y venirme en autobús. Te diré que me hospedé con ellos en el mismo hotel. Mi amigo es jubilado del IMSS. Lo sorprendente de mi amigo Dany es que después de haber sido operado en dos ocasiones en el cerebro y que había perdido la memoria y la capacidad de mover su cuerpo. Esté en atletismo y corriendo como cualquiera de nosotros. Ha participado en Maratones de 21 Km. Mucha gente que lo conoció lo daba como caso perdido. Yo lo conocí aquí en Yautepec hace casi 3 años. Fue en el momento en que me incorpore al grupo de atletismo. Es una excelente persona en su trato. Le tengo estimación. Dany ha recuperado su lucidez y su cuerpo está en excelente condición -considerando su edad-. Por lo que se refiere a la carrera (fue de 10 Km no fue maratón), creo me fue bien. La humedad y el clima, a los que uno no está acostumbrado, hicieron más pesada la carrera. Algunos corredores en el Km 7 ya iban muy sofocados y otros prácticamente terminaron la carrera caminando. Esto lo he visto en el maratón de 42 Km, pero nunca en las carreras de 10 Km. Terminé en el lugar 34 de mi categoría e hice un tiempo de 46 min. Creo que me falta más condición. Esta carrera de 10 Km la he terminado en 39 min. , mi mejor tiempo. Tal vez, se deba al tiempo que dejé de correr por mi lesión -casi un año. En la tabla general de los 3500 corredores terminé en el 384. Los que ganaron fueron los kenianos. Hicieron 1, 2 y 3 son muy buenos y unos demonios corriendo.
Fíjate que después de la carrera, fui a visitar a mi tío (hermano de mi padre) con la intención de conversar con él, dado que ya tenia casi 6 años que no lo visitaba. Llegué a su casa y todavía no llegaba de trabajar. También vende muebles. Llegó y lo saludé. Empezamos a platicar sobre la importancia que tuvieron ellos en el desarrollo de la familia. Todos los hermanos de mi padre emigraron de la provincia (estado de Guerrero) hacia la Ciudad de México. Allá en el DF. Se dedicaron a las más diversas actividades para ganarse la vida, pero en un lapso no mayor de 25 años, se convirtieron en pequeños empresarios y después en “medianos empresarios". Su principal actividad era la venta de muebles y productos para el hogar. Llegaron a tener sucursales en 4 estados de la republica. Incluso yo inicié una sucursal para ellos en Querétaro. Fui prácticamente su gerente. Con el paso del tiempo los hermanos de mi padre se fueron disgregando. Entran en franca decadencia económica a partir de los 90s. Cada uno de los hermanos y hermanas se fueron disgregando en diversos estados: Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Morelos. Y se repite la itinerancia de mi familia. Itinerancia que comenzó con los abuelos paternos, la abuela que siempre fue comerciante y el abuelo, que siempre abandonaba el terruño –llevando con èl toda la familia- para ir hacia otros pueblos muy alejados ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para ganarse la vida? ¿O, por el simple gusto de viajar y conocer otros lugares? Tal vez, todo junto. Esto es lo que platicaba con mi tío Alfonso. Por ellos, se ha desarrollado la inclinación por los negocios. No me imagino que sería de nuestra vida si siguiéramos viviendo en el pueblo del cual provenimos. Tal vez ya estaríamos repletos de hijos o, tal vez, ya estaríamos muertos por las continuas rencillas, propias de esa región serrana y, que siempre se resuelven a balazos. O, tal vez, estaríamos engrosando las filas de “mojados” que emigran al país del norte.
También comentaba con mi tío Alfonso, de que manera ha cambiado nuestra percepción de la vida en las generaciones siguientes, me refiero a mis primos que son más jóvenes que yo y que, también se están dedicando al comercio. Te diré que, a lo largo de los años que han pasado, algunos se han quedado en el camino, mi padre falleció en los 70s, mi primo hermano en los 80s y otro hermano de mi padre (el más joven) también fallecido en el 2001. Todos han tenido muertes violentas o accidentales. Así pues, la muerte no es cosa rara en la familia. Veo a mi tío cansado y su pelo completamente encanecido que subrayan el paso del tiempo en su persona, a mi tía robusta y todavía con mucha fortaleza. Mis primos, todos jóvenes, pero algunos ya casados.
Le pregunto a mi tío: ¿Cómo se siente en Acapulco? ¿Se siente a gusto? ¿La gente? ¿El clima? Me dice: <no tengo amigos, casi no salgo, más que para trabajar>. Se siente presionado y preocupado porque sus hijas (tiene tres) están estudiando en la Universidad. Dos ya terminaron pero siguen estudiando. Le digo: ¿Que le dice esta palabra? : Soledad. Alcanzo a percibir en él un quiebre de voz al hablar. Me confiesa: <Desearía irme a vivir a Morelos, conozco más personas en ese Estado, creo, me sentiría mejor. Me gustaría morir en ese Estado... >. Pienso, para mis adentros, que ese sentimiento de soledad lo tengo yo también. ¿Por qué? Tal vez, por esa continua migración, de ir de un Estado a otro, a veces, dejando la Ciudad en la que tuviste amistades (pocas) y algunos amores (pocos) que te atan (por los afectos) y te ligan (por los recuerdos.) De que manera, a través de esa continua migración, vas perdiendo algunos afectos que te son importantes, porque regresas y te das cuenta que tus amistades han desaparecido y es difícil localizarlos en esa gran Ciudad Monstruo que todo lo devora y lo destruye. Me refiero a la Ciudad de México. No puedo dejar de sentir la misma melancolía que invade a mi tío. Por ultimo, le digo a mi tío que es hora de retirarme. Me dice:<te llevaràn tus primos>. Me llevan mis primos al hotel. Al llegar al hotel, compramos unas cervezas y nos dirigimos a la playa que está detrás del hotel. Nos disponemos a contemplar el mar bañado en la penumbra de la noche y escuchar el rumor de su continuo oleaje, y de vez en cuando, el estruendo de una ola que se estrella en el mar. Mis primos y yo. En silencio...
Fíjate que después de la carrera, fui a visitar a mi tío (hermano de mi padre) con la intención de conversar con él, dado que ya tenia casi 6 años que no lo visitaba. Llegué a su casa y todavía no llegaba de trabajar. También vende muebles. Llegó y lo saludé. Empezamos a platicar sobre la importancia que tuvieron ellos en el desarrollo de la familia. Todos los hermanos de mi padre emigraron de la provincia (estado de Guerrero) hacia la Ciudad de México. Allá en el DF. Se dedicaron a las más diversas actividades para ganarse la vida, pero en un lapso no mayor de 25 años, se convirtieron en pequeños empresarios y después en “medianos empresarios". Su principal actividad era la venta de muebles y productos para el hogar. Llegaron a tener sucursales en 4 estados de la republica. Incluso yo inicié una sucursal para ellos en Querétaro. Fui prácticamente su gerente. Con el paso del tiempo los hermanos de mi padre se fueron disgregando. Entran en franca decadencia económica a partir de los 90s. Cada uno de los hermanos y hermanas se fueron disgregando en diversos estados: Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Morelos. Y se repite la itinerancia de mi familia. Itinerancia que comenzó con los abuelos paternos, la abuela que siempre fue comerciante y el abuelo, que siempre abandonaba el terruño –llevando con èl toda la familia- para ir hacia otros pueblos muy alejados ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para ganarse la vida? ¿O, por el simple gusto de viajar y conocer otros lugares? Tal vez, todo junto. Esto es lo que platicaba con mi tío Alfonso. Por ellos, se ha desarrollado la inclinación por los negocios. No me imagino que sería de nuestra vida si siguiéramos viviendo en el pueblo del cual provenimos. Tal vez ya estaríamos repletos de hijos o, tal vez, ya estaríamos muertos por las continuas rencillas, propias de esa región serrana y, que siempre se resuelven a balazos. O, tal vez, estaríamos engrosando las filas de “mojados” que emigran al país del norte.
También comentaba con mi tío Alfonso, de que manera ha cambiado nuestra percepción de la vida en las generaciones siguientes, me refiero a mis primos que son más jóvenes que yo y que, también se están dedicando al comercio. Te diré que, a lo largo de los años que han pasado, algunos se han quedado en el camino, mi padre falleció en los 70s, mi primo hermano en los 80s y otro hermano de mi padre (el más joven) también fallecido en el 2001. Todos han tenido muertes violentas o accidentales. Así pues, la muerte no es cosa rara en la familia. Veo a mi tío cansado y su pelo completamente encanecido que subrayan el paso del tiempo en su persona, a mi tía robusta y todavía con mucha fortaleza. Mis primos, todos jóvenes, pero algunos ya casados.
Le pregunto a mi tío: ¿Cómo se siente en Acapulco? ¿Se siente a gusto? ¿La gente? ¿El clima? Me dice: <no tengo amigos, casi no salgo, más que para trabajar>. Se siente presionado y preocupado porque sus hijas (tiene tres) están estudiando en la Universidad. Dos ya terminaron pero siguen estudiando. Le digo: ¿Que le dice esta palabra? : Soledad. Alcanzo a percibir en él un quiebre de voz al hablar. Me confiesa: <Desearía irme a vivir a Morelos, conozco más personas en ese Estado, creo, me sentiría mejor. Me gustaría morir en ese Estado... >. Pienso, para mis adentros, que ese sentimiento de soledad lo tengo yo también. ¿Por qué? Tal vez, por esa continua migración, de ir de un Estado a otro, a veces, dejando la Ciudad en la que tuviste amistades (pocas) y algunos amores (pocos) que te atan (por los afectos) y te ligan (por los recuerdos.) De que manera, a través de esa continua migración, vas perdiendo algunos afectos que te son importantes, porque regresas y te das cuenta que tus amistades han desaparecido y es difícil localizarlos en esa gran Ciudad Monstruo que todo lo devora y lo destruye. Me refiero a la Ciudad de México. No puedo dejar de sentir la misma melancolía que invade a mi tío. Por ultimo, le digo a mi tío que es hora de retirarme. Me dice:<te llevaràn tus primos>
Angie: Al escribirte esto, viene a mi mente el verso de José Gorostiza:
" hay veces que dan ganas de llorar; pero las suple el mar"
Jus
Jus
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