Hola Angie, me da gusto tener la oportunidad de saludarte y desear que te encuentres bien, al lado de tu familia. Pero bueno…intentaré aprovechar este momento para intentar escribirte algo…desde este mi blog, o espacio virtual.
Caray, me gustaría compartirte una anécdota personal. Esta anécdota tiene que ver con una persona que conocí hace muchos años, allá por mis años mozos, cuando tenía 18 años. Esta anécdota personal se convierte en dos. Ya te diré porqué. En aquellos años, conocí a un tipo que aún, hoy en día, lo tengo en mi memoria. Se llamaba –ya falleció y me enteré hace poco- Ricardo Mestre i Ventura. Era un viejito español Catalán, se exilió en México allá por los años de 1939, Fue un luchador en contra de la dictadura franquista. Yo lo visitaba en compañía de dos amigos a su despacho, que tenía allá por el metro Hidalgo en la Ciudad de México. Era un viejito de ojos azules y cuerpo regordete, su mirada muy dulce y generosa. Te trataba como si ya te conociera de toda la vida. Tenía para con uno, un trato fraternal, de camaradería, generoso. Este tipo, era un anarquista y por el estàbamos al tanto de las lecturas de otros escritores anarquistas. Nos orientaba y nos prestaba libros. En su despacho, nos podíamos sentar en el suelo y tomar libros que el tenía en sus libreros. Lo frecuenté pocas ocasiones, pero fueron suficientes para tenerle cierto afecto. No sabría decirte si fue mi amigo. Nuestro trato, no fue tan cercano. Pero lo suficiente para recordarlo. Yo por aquellos años, andaba confundido y con conflictos morales. Recién acababa de salirme de una organización clandestina, izquierdista y de filiación marxista-leninista. A esa organización le dediqué “cuerpo y alma”. Tendría unos 17 años cuando ingresé a esa organización. Era yo, un joven adolescente, que quería “cambiar el mundo”, con ideales e inconforme con la sociedad que nos había tocado vivir. Queríamos hacer la “Gran Revolución”. ¡Cuán equivocado estaba! Estaba “intoxicado de ideología marxista”. En aquellos años estudiaba marxismo en círculos de estudio de la organización y daba clases (de marxismo-leninismo) a otros jóvenes como yo, también a obreros de algunas fábricas. Poco a poco me fui decepcionando de esa organización. Para esto, había abandonado mis estudios de admón. Industrial, en el Politècnico. Mis padres no estaban enterados. Terminé abandonando esa organización con otros compañeros; me sentí sin brújula y lo que le daba sentido a mi vida, recièn lo acababa de abandonar. Y, para colmo, también mis estudios. Fue en esos años que conocí a Ricardo Mestre (tenía un seudónimo: José Riera, escribía para el periódico “Excélsior”), yo ya empezaba a tener lecturas de anarquismo. Me incliné por el anarquismo pacífico. Ricardo Mestre nos orientó en lecturas. Angie ¿Sabes como recuerdo a Ricardo? Lo veo como un inmenso árbol, robusto y frondoso. Me lo imagino como un roble, tal vez, un amate un laurel como los que hay aquí en Morelos. En el “camino de la vida”, Ricardo fue un gran árbol bajo cuya sombra me senté a “sombrear” un rato, para después seguir mi camino. Así lo veo. Así me lo imagino y me lo represento en mi memoria. Por él, tuve la oportunidad de conocer a otra persona importante en mi vida. Conocimos a un filósofo español, también anarquista, que también le tocó luchar contra la dictadura franquista en España. Hoy en día, este filósofo es muy conocido, dado que ha escrito varios libros, de filosofía y ética. Yo no lo he dejado de leer, desde que le conocí. Me impresionó el tipo, con su inteligencia, su ironía y, ante todo, su humor para reflexionar sobre las cosas importantes de la vida. El lenguaje con que escribe sus libros, se ha hecho cada vez mas accesible y menos académico. Es decir, mas transparente. Pues sí, Angie. Por Ricardo, conocimos a Fernando Savater quien por aquellos años andaría en los 30s, lo invitamos para que diera unas conferencias en la Escuela de Antropología e Historia. El se presentó en “mangas de camisa” y polemizó con algunos maestros de la escuela. Hay autores o escritores, que son “puertas o ventanas” ¿Por qué? Porque, nos extienden horizontes, nos permiten ver otras realidades que no percibíamos y también nos conducen a otros senderos inusitados. También nos ayudan a ventilar nuestra habitación mental. Creo, eso ha sido Savater para mí. Ya tendré oportunidad de hablar y comentarte sobre su idea de la filosofía. Por cierto, muy original. Nada académica. A Savater, lo he elegido como un maestro. Con la lectura de sus libros (y de otros autores) he aprendido, más que en las aulas universitarias. No es que no sea importante la educación que adquieres en la Universidad. Solo que la educación no termina ahí.
Angie, te adjunto una semblanza de Ricardo Mestre que escribió Enrique Krauze en una revista. Cuando Krauze habla de aquellos “muchachos preparatorianos o universitarios” que visitaban a Mestre; yo era uno de ellos. Por esa semblanza de Krauze me enteré que ya había fallecido Ricardo. Me despido
Jus
PD. Si lo deseas puedes leer en este blog, la semblanza: “Mi amigo anarquista” escrita por el biógrafo, historiador y ensayista: Enrique Krauze. Este artículo fue publicado en la revista “Letras libres” del mes de junio del 2006.
Caray, me gustaría compartirte una anécdota personal. Esta anécdota tiene que ver con una persona que conocí hace muchos años, allá por mis años mozos, cuando tenía 18 años. Esta anécdota personal se convierte en dos. Ya te diré porqué. En aquellos años, conocí a un tipo que aún, hoy en día, lo tengo en mi memoria. Se llamaba –ya falleció y me enteré hace poco- Ricardo Mestre i Ventura. Era un viejito español Catalán, se exilió en México allá por los años de 1939, Fue un luchador en contra de la dictadura franquista. Yo lo visitaba en compañía de dos amigos a su despacho, que tenía allá por el metro Hidalgo en la Ciudad de México. Era un viejito de ojos azules y cuerpo regordete, su mirada muy dulce y generosa. Te trataba como si ya te conociera de toda la vida. Tenía para con uno, un trato fraternal, de camaradería, generoso. Este tipo, era un anarquista y por el estàbamos al tanto de las lecturas de otros escritores anarquistas. Nos orientaba y nos prestaba libros. En su despacho, nos podíamos sentar en el suelo y tomar libros que el tenía en sus libreros. Lo frecuenté pocas ocasiones, pero fueron suficientes para tenerle cierto afecto. No sabría decirte si fue mi amigo. Nuestro trato, no fue tan cercano. Pero lo suficiente para recordarlo. Yo por aquellos años, andaba confundido y con conflictos morales. Recién acababa de salirme de una organización clandestina, izquierdista y de filiación marxista-leninista. A esa organización le dediqué “cuerpo y alma”. Tendría unos 17 años cuando ingresé a esa organización. Era yo, un joven adolescente, que quería “cambiar el mundo”, con ideales e inconforme con la sociedad que nos había tocado vivir. Queríamos hacer la “Gran Revolución”. ¡Cuán equivocado estaba! Estaba “intoxicado de ideología marxista”. En aquellos años estudiaba marxismo en círculos de estudio de la organización y daba clases (de marxismo-leninismo) a otros jóvenes como yo, también a obreros de algunas fábricas. Poco a poco me fui decepcionando de esa organización. Para esto, había abandonado mis estudios de admón. Industrial, en el Politècnico. Mis padres no estaban enterados. Terminé abandonando esa organización con otros compañeros; me sentí sin brújula y lo que le daba sentido a mi vida, recièn lo acababa de abandonar. Y, para colmo, también mis estudios. Fue en esos años que conocí a Ricardo Mestre (tenía un seudónimo: José Riera, escribía para el periódico “Excélsior”), yo ya empezaba a tener lecturas de anarquismo. Me incliné por el anarquismo pacífico. Ricardo Mestre nos orientó en lecturas. Angie ¿Sabes como recuerdo a Ricardo? Lo veo como un inmenso árbol, robusto y frondoso. Me lo imagino como un roble, tal vez, un amate un laurel como los que hay aquí en Morelos. En el “camino de la vida”, Ricardo fue un gran árbol bajo cuya sombra me senté a “sombrear” un rato, para después seguir mi camino. Así lo veo. Así me lo imagino y me lo represento en mi memoria. Por él, tuve la oportunidad de conocer a otra persona importante en mi vida. Conocimos a un filósofo español, también anarquista, que también le tocó luchar contra la dictadura franquista en España. Hoy en día, este filósofo es muy conocido, dado que ha escrito varios libros, de filosofía y ética. Yo no lo he dejado de leer, desde que le conocí. Me impresionó el tipo, con su inteligencia, su ironía y, ante todo, su humor para reflexionar sobre las cosas importantes de la vida. El lenguaje con que escribe sus libros, se ha hecho cada vez mas accesible y menos académico. Es decir, mas transparente. Pues sí, Angie. Por Ricardo, conocimos a Fernando Savater quien por aquellos años andaría en los 30s, lo invitamos para que diera unas conferencias en la Escuela de Antropología e Historia. El se presentó en “mangas de camisa” y polemizó con algunos maestros de la escuela. Hay autores o escritores, que son “puertas o ventanas” ¿Por qué? Porque, nos extienden horizontes, nos permiten ver otras realidades que no percibíamos y también nos conducen a otros senderos inusitados. También nos ayudan a ventilar nuestra habitación mental. Creo, eso ha sido Savater para mí. Ya tendré oportunidad de hablar y comentarte sobre su idea de la filosofía. Por cierto, muy original. Nada académica. A Savater, lo he elegido como un maestro. Con la lectura de sus libros (y de otros autores) he aprendido, más que en las aulas universitarias. No es que no sea importante la educación que adquieres en la Universidad. Solo que la educación no termina ahí.
Angie, te adjunto una semblanza de Ricardo Mestre que escribió Enrique Krauze en una revista. Cuando Krauze habla de aquellos “muchachos preparatorianos o universitarios” que visitaban a Mestre; yo era uno de ellos. Por esa semblanza de Krauze me enteré que ya había fallecido Ricardo. Me despido
Jus
PD. Si lo deseas puedes leer en este blog, la semblanza: “Mi amigo anarquista” escrita por el biógrafo, historiador y ensayista: Enrique Krauze. Este artículo fue publicado en la revista “Letras libres” del mes de junio del 2006.
Pd.' La semblanza la publicarè el pròximo mes de Enero de 2008.
¡¡¡Mis mejores deseos en estos dìas por venir!!!
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